La alineación es fundamental en una Inspección Técnica. Verifica y corrige cualquier error si notas que tu vehículo tiene alguna desviación al conducir o si el volante no permanece centrado cuando está detenido.

Todas las luces deben estar en buen estado de funcionamiento y correctamente ajustadas. Asegúrate de que cada detalle de la iluminación, desde las luces de posición hasta la de la matrícula, esté en óptimas condiciones.

Si tu vehículo no cuenta con sensores que avisen sobre el desgaste de las pastillas y discos de freno, asegúrate de que estén en buen estado antes de la inspección. Si al conducir notas que el sistema de frenos no responde de manera óptima, lo mejor será reemplazar sus componentes.

Los neumáticos desgastados son una de las principales razones por las que se reprueba la verificación. Debes reemplazarlos si notas que están gastados en los bordes o si los dibujos tienen menos de dos milímetros de profundidad.

Es importante revisar cuidadosamente el chasis de tu vehículo antes de la Revisión Técnica. Si encuentras algún desperfecto, lo recomendable es repararlo antes de la verificación.

Si el vehículo presenta un balanceo al conducir, es posible que sea necesario revisar y ajustar el balanceo y la suspensión.

Para aprobar la revisión, es esencial que no salga humo al acelerar o encender el motor, que no pierda potencia y que no consuma excesiva gasolina. Cualquiera de estas tres condiciones impediría que tu vehículo fuera aprobado.

Lo ideal antes de presentarte es verificar que no haya fugas de fluidos. Si encuentras alguna, realiza las reparaciones necesarias. Además, sería recomendable lavar el motor para que luzca limpio y se evidencie que no hay fugas.